No debemos alarmarnos, la dermatitis atópica es la enfermedad de la piel más frecuente en niños; Se caracteriza por la aparición de zonas rojizas, secas y descamadas que producen picor y en algunos casos inflamación.
Aparece sobre todo en zonas de la cara (mejillas, frente y mentón), cuello y en los pliegues de brazos y piernas.
Se considera que hay un componente genético, pero es importante controlar las condiciones medioambientales (tejidos sintéticos, calor y sudoración excesiva, jabones con detergentes, perfumes y componentes irritantes…) que desatan el brote ya que es un trastorno de la piel de larga duración lo más importante es que controlemos que aparezca el brote, y por lo tanto nuestro bebé no sufra.
Es importante no despistarnos y siempre mantener la piel del bebé bien hidratada con productos adecuados: jabones y cremas emolientes, que contienen omegas y ácidos grasos que fortalecen la piel del bebé, calman el picor, y mejoran las lesiones. La crema puede utilizarse varias veces al día si fuera necesario
Además, utilizar prendas de algodón y procurar que el bebé no padezca un calor excesivo.